miércoles, 31 de enero de 2007

Buscar la alegría

¿Por qué buscar la alegría?
Porque si no, la tristeza es inevitable.
Porque si no, uno solo es una cosa, algo que el viento lleva de aquí para allá. Pero ¿por qué dejarse llevar? ¡Hay que revelarse! La gente se ha acostumbrado a sentir pena o alegría por los acontecimientos del día. ¿Pero por qué no rebelarse? ¡Por qué no salir a BUSCAR la alegría! A cambiar el estado de ánimo por propia voluntad.
Hay que ir a buscar la alegría allí donde se encuentre, de todas las formas posibles. Buscarla en el sentir, ir a probar el mundo, saborearlo, lo que hay, las sensaciones, los sabores, los estados de ánimo, todo.
Hay que inventar: podrías cambiar tus ropas, cortar tu pelo, pintar tu cara, vestirte de alguna forma en la que no puedas reconocerte y ver que sentís. Salir a la calle y ver como te mira la gente. O ir a algún lugar cualquiera, cualquier día, a hacer algo sin sentido, vivir.
Caminar por la calle, ver un grupo de perros y agregarse a la jauría, correr con ellos, ladrar, mover la cola. Buscar la alegría, la perra alegría, la alegría sin mas, alegría animal.
Es extraño, los perros entienden al instante esto y corren con vos, ladran con vos, mueven la cola... Pero la gente, la gente que te mira atontada desde el bar, ¡Aaaahhh! ¡Ellos no entienden! Ellos no entienden nada.
No puedo dejar de pensar, que con tanta civilización han perdido algo. Algo de comprensión real: afuera la noche, los pastos, el jardín, el patio, las flores. Y en estas noches frescas de verano: el misterio, el profundo misterio que no se puede develar. Pero ellos fumando en el bar; han dejado de ver el misterio, han perdido la capacidad de mirar con asombro, de vivir el misterio, no digo comprenderlo (eso es imposible) digo vivir el misterio. Pasa lo más maravilloso frente a sus narices y lo esquivan para no llegar tarde al trabajo. Anoche se vio el cometa Mc Naught, brillante como pocos brindaba desde el cielo un espectáculo sin igual, pero pocos salieron a verlo por no perderse Videomach.
Pero yo no quiero atontarme más mirando televisión, yo voy a buscar la alegría. La alegría verdadera, espiritual, al menos una vez me alegraré sin nada y sin razón, voy a experimentar la alegría y no la alegría común, no una alegría mezquina de alcantarillas y buzones. Voy a una alegría total, grácil, desatada, infinita. Una alegría gigante que pueda mover una montaña de tristeza, una que sea como océano, una alegría sin límite.
Y cuando la encuentre del todo voy a gritar "NO SOY UN ESCLAVO", cuando la encuentre del todo voy a llorar, cuando la encuentre del todo y sepa donde volver cada vez a buscarla voy a faltar al trabajo y salir a pasear o a pasarme sentado el día todo en una plaza o lo que yo quiera más. El hecho es que al fin voy a actuar por el simple poder de hacerlo y pase lo que pase, volver siempre a sentir esta alegría sin igual.

martes, 30 de enero de 2007

Restos de conversación

    Comí asado con mis viejos hoy, tome cerveza con un amigo, charlé con una chica, agradablemente; vi las luciérnagas en los campos a la noche al costado de la ruta mientras corría. Que noche especial, el clima, el aire... todo.
    Mientras corría oí los ecos del festín de vida que se daban las ranas en el zanjón, cantando y cantando, armando (supongo) sus raniles orgías que suenan en cada rincón de la luna, como un canto mágico, ancestral, animal, vorágine de sensaciones, de recuerdos implantados por miles de años en nuestros ancestros que reviven en nosotros si oímos con atención.
    Nosotros casi no, tal vez nuestros padres y hasta abuelos tampoco, pero remontate a tres o cuatro generaciones más atrás; y ya luego ellos habrán oído ese canto cada noche de sus noches. Al dormir, nos han acunado las ranas, durante miles de años, de generaciones, oyendo lo mismo siempre, el mismo canto. No es imposible que algo de ese recuerdo tan grabado haya llegado a nosotros todavía.
    Imagínate a nuestros tatara tatara tatarabuelos durmiendo en chozas, o antes, en taperas, o tolderías indias, madrigueras, noche tras noche oyendo el canto de las ranas.

    ¿Tal vez quieran decirnos algo? ¿Qué es tan importante como para repetirlo tanto? ¿Qué? Y nosotros que no oímos, que no podemos entender... ¡Es desesperante!!!

lunes, 29 de enero de 2007

Qué se cuenta...

    Si llueve: llueve... y disfruto del agua, me mojo, miro para arriba y veo venir miles de gotitas hacia mí, brillando, es mágico. Si sale el sol: entonces tomo sol.
    Mira..., algunas veces voy a usar paraguas, otras no, para experimentar todas las posibilidades del clima, todas las sensaciones del agua. Después saldré vestido, o casi desnudo, experimentaré el frío y el calor, pero prestándole especial atención: ¡Quiero sentir!
    Hasta es posible que alguna noche de tormenta salga desnudo al jardín, a sentir el agua helada caer por mi cuerpo y mis pies en el barro, como si fuera un árbol. Alguna vez tomaré un café con todos mis sentidos, bajo los rayos de sol de algún tibio atardecer en invierno... Más en general voy a ir tomando todas las opciones, todos los remedios, todos los caminos, para saber todo, para conocer todo.
    Y para ser libre de todo no me voy a quedar con nada, y así seré el dueño del mundo. Quiero vivir mil vidas en esta vida, envejecer y luego rejuvenecer... volveré a aprender a caminar de mil formas distintas cada vez, siempre como un niño que da sus primeros pasos. Y ser cada vez mas niño y así, tal vez, cuando llegue el tiempo de morir seré nuevamente un bebe. La muerte, desconcertada, buscará un viejo y al no encontrarlo... va a pensar un tiempo, ensimismada, después se va a ir.
    Porque mira, la muerte existe, anda por ahí, por todos lados y es una mierda... es esa enfermedad que nos va eliminando de a poco. Nos va engulliendo pedazo a pedazo, insaciable: primero nos quita la niñez, la perdemos, la morimos. Morimos a la niñez cuando ya no la recordamos, porque olvidar es lo mismo que morir. Al fin y al cabo da lo mismo haber estado muerto que no recordar haber estado vivo; así, un día, se nos mueren los primeros años de nuestra vida, desaparecen para siempre.
    Después morimos los sueños: con el tiempo nos olvidamos de soñar, desechamos los maravillosos mundos que visitamos por las noches cual si no existieran, como si acaso no fueran tan reales como éste nuestro del día ni tan importante. Entonces llega un momento, que la gente se va todas las noches a morirse en una cama hasta la mañana siguiente. A fundirse en la inconsciencia de un roncador sepulcro de olvido, hasta el otro día. Y convierten el divino sueño, ese regalo de los dioses en un mecánico acto, casi fastidioso que cumplen como autómatas solo porque les resulta inevitable.
    Pero eso no le basta (a la muerte), toma siempre más: momentos de trabajo rutinario, horas enteras de hastío y hasta días pasan directamente al cajón, bajo cinco metros de tierra de olvido. Son horas, días, semanas, meses muertos, de olvido. Son el tiempo sin sentido, la muerte de tedio que cría arrugas en las frentes, que agría las caras de los oficinistas.
    Y nos quita más, siempre más, nos quita los sentimientos, la capacidad de emocionarse con un poema, de sentir verdadero amor o verdadera alegría. ¡Quién pudiera ya mover la cola como un perro, de alegría, después de los cuarenta tal vez no moriría! ¿Quién ya llorar con los colores de una flor o los aromas del atardecer?
    Y ya tanto se va muriendo uno día a día, todo el tiempo, que después, yo creo que uno se muere del todo, un día, ya no más por inercia. Tal vez es muy difícil morirse. Capaz que es casi imposible pero al fin, de tanto irse muriendo de a poco, un día se logra la hazaña de morirse uno del todo.

    Y yo no quiero eso, yo quiero vivir, vivir VIVIR!!!

. . .

    "veámoslo de esta forma: usted puede empezar a vivir hoy... o dejarlo para mañana.
Si lo deja para mañana, está definitivamente perdido, para siempre... Le cuento el secreto: el mañana no existe."
. . .
    ¿Y vos? ¿Qué contás de nuevo?

domingo, 28 de enero de 2007

Inicio


Primer entrada en mi blog, veremos que sale de esto. Bueno, en primer lugar aquí una foto mía con la camisa roja, del día de la muestra del taller de poesía, un día muy especial.

viernes, 26 de enero de 2007

Fuga, silencio, papel

Aja... te robe la fotoooDecime tus palabras
pero que sean mágicas
sino no sirven.
Yo digo "papel", "silencio", "fuga"
y no da resultado
no hay un cambio sutil en el aire...
Las pronuncio en silencio,
las ordeno distinto, las grito
"¡fuga!", "¡papeeel!", "¡silenciooooo!",
y no pasa nada,
no siento tu presencia detrás de la ventana
y si cierro los ojos
no estremece mis manos el contacto
de la piel de tu cara.

Amor amor,
todavía estoy esperando
¡decime esas palabras!

(En colaboración con Cris)