La gata en la heladera te espera. Está pensativa, un poco triste. No triste, no, melancólica.
Esa mirada lo dice todo. Todo lo que puede decir un gato con la mirada. Otro gato le hace la vida complicada. Ella trata de tomarlo con calma, espera su momento, y la espera se hace larga.
Y un día vino el calor de éste verano casi salteado. Y se puso húmedo y tedioso; pesado. Pero ella sigue allí, como si nada. Pensando...
... como si todo.